«Hacer terapia con Marian es como “estar en zapatillas en el salón de tu casa”. Destaco especialmente su gran sensibilidad e intuición en su manera de acompañarme: es como si tuviera un rádar! Tiene ese raro don para hacer todo esto sin que me sienta juzgada. Empática pero no me deja «que me vaya de rositas». Es fácil abrirse con su amorosa presencia. Su sentido del humor es liberador»
Susana A. F. (Dependienta comercial)